A continuación presentamos 4 experiencias que conjugan el sueño del paraíso o la tierra prometida y los contrastes de vivir en tierra extranjera.
Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos y llorábamos,
al acordarnos de Sion.
Sobre los sauces en medio de ella
colgamos nuestras arpas.
Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones,
y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos alguno de los cánticos de Sion.
¿Cómo cantaremos la canción del SEÑOR
en tierra extraña?